viernes, 18 de septiembre de 2009

Dress Code para vacacionar...

Oficinas, empresas, corporativos, escuelas, universidades, hospitales, funerarias, departamentos gubernamentales y hasta equipos de futbol tienen un dress code (código de vestimenta) para la actividad a desarrollar. Por ejemplo, en una funeraria, el tipo de los discursos -que muchas veces es también el chofer de la carroza- debe seguir una línea estética sobria y seria para la ocasión. Usualmente esto depende de la funeraria para la que trabajen, usan zapatos negros u obscuros -a veces les falla el calcetín negro y llevan calcetas blancas-, traje negro o mejor conocido como ¨el de las lágrimas y las risas¨, cinto negro y una camisa blanca. A veces el color del traje puede ser una variación del ya conocido ¨negro¨, se puede clasificar como ¨negro ceniza¨. La cuestión del distintivo ¨ceniza¨ no está relacionado de manera directa con la cuestión de la cremación de un cuerpo, la muerte y mucho menos con la disciplina de la tanatología. Simplemente se le considera ¨ceniza¨ debido a que se lavó con un detergente blanco que se aferró al textil negro dándole una sensación de bruma. De igual manera es lúgubre y serio para un entierro. En cuanto a las camisas se acoseja el blanco, esto con el fin de evitar por ejemplo el rojo que crearía incertidumbre de una posible huelga entre la familia del ya fallecido. Las camisas blancas, al igual que el negro se encuentran en una amplia gama de colores. Pueden ir el puro e inmaculado blanco hasta el ¨amarillo sudor¨. Para identificar estas últimas se puede hechar un rápido vistazo al cuello y puños del individuo que la porta.

Ahora, para no desviarlos del título de la entrada tengo un Dress Code exclusivo para vacacoinar durante la temporada de invierno en Buenos Aires, Arg. A continuación detallo:

1)Calcetas gruesas de lana: son escenciales para mantener los pies calientes, de igual manera, pueden ser usados como pantuflas debido al grosor del material;

2)Pijamas de franela o tela: óptimas para sentir la libertad que uno desea tener cuando vacaciona, sin bolsas, sin zipper y sin molestos elásticos;

3)Camisa térmica: para mantener el cuerpo cálido es importante tener una de estas preferentemente de manga larga y cuello alto. Al ajustarse al cuerpo evita la acumulación de aire frío entre la tela y la piel;

4)Chamarra de fleece: esta es una tela muy cómoda y suave recomendable incluso para dormir;

5)Un buen libro o revista;

6)Mate, café o vino: esto dependerá del estado de ánimo, sed y hora del día.



Rainy & Windy Buenos Aires

Llegué el lunes 14 de septiembre a Buenos Aires después de haber sufrido durante un largo viaje de 9hrs. desde Dallas, Tx. a la capital argentina. Tan pronto me ajusté el cinturón de seguridad se acercó una señorita con una pequeña charola llena de copas con jugo y champagne, obvio que tomé jugo (Jajajaja!). Despegó el pesado artefacto y cuando estábamos en velocidad crucero pasó la "Mera mera cacahuatera" de las azafatas para dejar el clásico menú de Primera Clase. Impreso de manera elegante y adornado con una linda fotografía en la portada, el menú describía en dos idiomas los platillos que se servirían durante el viaje. Comenzó el desfile con dos pequeños platitos: uno con nueces de la India calientes y otro con un queso de mozzarella y tomates deshidratados, que para cuando los probé ya los había rehidratado con una Heineken. En un pequeño carrito de servicio traían una ensalada fresca con dos tipos de lechuga, tomates cherry, pepinos en juliana acompañada elegantemente con dos camarones a la plancha y un buen pedazo de salmón. Para sazonar había balsámico y aceite de oliva. Llegaron los ravioles que pedí como plato fuerte, pan, una copa de vino australiano Shiraz y más aceite de oliva. Para redondear la comida, café negro recién hecho -como toda persona descente debe tomarlo- y un sundae de nieve de vainilla bañado con butterscotch y nueces. No-chin-guen! Para bajar todo el material y relajar el cuerpo, le siguieron unos tragos de whiskey The Glenlivet en las rocas y luego vino el sueño. "Passengers, we will arrive in about 30 minutes to the cold and windy Buenos Aires¨, fueron las palabras del piloto a eso de las 8:00 a.m.


Tomé un taxi desde Ezeiza hasta casa de Alejandro a quien conocí en mi viaje a Panamá el año pasado. Vive sobre Ave. Santa Fe que es algo como Polanco en Cd. de México, sin embargo, es más amplia y relajada. Durante martes y miércoles salí a recorrer la ciudad que se bañaba con un sol impresionante y se tapaba con un manto azul. Durante jueves y viernes estuvo lloviendo así que estuve como en domingo en mi casa, con pijamas, calcetas de lana, camisa térmica, una chamarra de fleece, mate y un libro. Hoy viernes me dieron ganas de salir después de que ayer ni toqué el baño mas que para las necesidades naturales. Tomé mi backpack y fui a dejar un encargo a la oficina de AA aquí. Saliendo de la oficina de boletos observé que había un Café Havanna justo frente a mí, crucé la calle y me senté para descansar un poco. Pedí un doble espresso y un par de alfajores, uno de nuez y el otro de chocolate. Salí del lugar para visitar el Obelisco ubicado en 9 de Julio con Corrientes, sin embargo, la leve llovizna me hizo renunciar y regresé al departamento. Estoy esperando a mi amigo para tomarnos unas Stella Artois que compramos en el Carrefour. Estas vacaciones han sido diferentes, no extraño el andar corriendo detrás de aviones o trenes, ni perderme en un laberinto como el de Fes en Marruecos ni estar a punto de perder un pasaje en tren de Beijing a Guilin. Estoy como en mi casa, pero en Bs. As.


p.D. La próxima semana vuelo a Nueva York para visitar a Raul en New Haven. En el Duty Free del Aeropuerto de Ezeiza vi una oferta que no me pude resistir: 4 (four, vier, cuarto) botellas de litro de The Glenlivet por 105USD. ¨Llévele, llévele¨, creo que cargaré con algunas pues el pobre Raul ha de estar pasando tremenda sed.