martes, 3 de febrero de 2009

Raclette Night...



Comenzó la noche con las típicas compras de supermercado. Baguettes, tomates, cebollas, pimientos, champiñones, chalotes, ajo, mantequilla, jamón serrano, salami y otras carnes tapizaron el fondo del carrito. Después, nos dirigimos buscar la bebida que acompañaría tan finos ingredientes. "Atash! -dijo la voz que salía de mi celular- te encargo un par de botellas españolas de Palacio del Conde, están buenas, cuestan 50 pesos cada una". Dudé del precio y dudé más cuando vi la botella, sin embargo, jamás dudé del fino y preciso paladar del Atash (a.k.a. Luis Gómez-Moncada). "Va, a probar", dos botellas de Palacio del Conde y una Carmenére de Concha y Toro se unieron a la fiesta. Claudia y yo rondamos por los pasillos de los vinos y licores esperando encontrar alguna otra novedad. A lo lejos, en un pequeño casillero de madera, vi un par de pequeñas y esbeltas botellas que parecían sonreír. Estaban solas, probablemente las compañeras se fueron de fiesta y las dejaron ahí. Conforme me fui acercando me di que cuenta que eran botellas de Moscatel de Oro de la casa Torres. En una de las etiquetas se leía, "perfecto como aperitivo frío, para acompañar con un postre o chocolate". La última palabra resonó en mi cabeza y nos dirigimos a buscar una barra de chocolate obscuro. Salimos de la tienda con un par de bolsas y felices de haber encontrado lo que buscábamos.

Al llegar a casa de Gómez y Ale la fiesta comenzó cuando la primer botella se descorchó. Me puse a cortar y rebanar los ingredientes para la raclette mientras los demás invitados llegaban. Primero los tomates,luego los champiñones, posteriormente los chalotes con aceite de oliva fueron cubriendo la pequeña barra de la cocina. El ambiente se comenzó a llenar de colores y aromas. El dorado del ajo en el aceite junto con los chalotes invitaron a un par a pasearse por la cocina y degustar una rebanada de pan y hasta un pedazo de serrano. Finalmente llegó la Raclette. La parrilla comenzó a calentarse hasta que las resistencias estuvieron al rojo vivo. Todos comenzaron a experimentar escogiendo al azar una porción de cada ingrediente. Ajo, chalotes y serrano. Papa, chalotes y salami. Tomate, ajo, pimiento y serrano. Papa, gouda y salami. Papa, gouda y serrano. Papa y ajo. Papa, chalotes y tomate. Tomate, ajo y gouda. "Meat Lovers" serrano, salami y ajo. "Veggies" papa, pimiento, tomate y chalotes. Finalmente, pan, mantequilla y chocolate obscuro fueron el hit.

La noche terminó entre risas, humo, plática y el choque de los vasos de plástico. Se descorchó el Moscatel de Oro para combinarlo con las pequeñas barras de chocolate amargo que compramos. Esa fue la inauguración de la Raclette. Es cuestión de seguir las instrucciones, "A combination raclette-grill for friendly meals". - www.tefal.com-










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