jueves, 13 de agosto de 2009

Crónicas perdidas: Suicidio en la India

Hace algunos años decidí volver a la India para conocer uno de los peregrinajes más importantes para la religión hindú: el Char Dham. El recorrido se encuentra al norte del país y es algo así como la Mecca para los indios. Por lo menos una de las cuatro ciudades que lo componen deben ser visitadas por los hindús. Llegamos a Nueva Delhi y como siempre, Ranjan nos recibió con cerveza y con unos collares de flores. Camino al hotel le explicamos cuál era nuestro plan y nos explicó cómo lo iba a coordinar. Nos dijo que debido a que tenía algo de trabajo le iba a ser imposible viajar con nosotros, sin embargo, el chofer (a.k.a. Rayish) sabía a dónde íbamos y era de su entera confianza. Al siguiente día llegó a recogernos hotel y tomamos camino. Le preguntamos si pasaríamos a dejarlo a su oficina a lo que contestó con una negativa. Nos explicó que escogió viajar con nosotros debido a que Rayish no nos explicaría el verdedero significado de la travesía. Viajamos hacia el norta más de 250km. y por más de 5hrs.

Llegamos a Rishikesh durante la tarde, nos instalamos en el hostal Krishna y salimos a caminar. Eduardo ''El Indio" y yo nos sentíamos en la "mera mata" del hinduísmo, cerca del nacimiento del místico y mágico Ganges. Regresamos en la noche y tuvimos una larga plática con Ranjan. Los temas fueron desde las ya conocidas y polémicas castas hasta el relato de cómo las aguas del río más famoso de India se convirtieron en leche hace miles de años. Las luces se apagaron y el sueño cayó sobre nosotros. Durante el transcurso de la madrugada la puerta se abrió y Ranjan salió del cuarto, a los pocos minutos regresó, encendió la luz y nos despertó. "Mi mejor amigo en Delhi se acaba de suicidar", dijo, "les pido una disculpa pero tenemos que regresar mañana a primera hora." Entre la noticia y el sueño el mensaje fue surreal, la oscuridad vovlió a ocupar la habitación. La siguiente mañana Rayish fue despertarnos para decirnos que nos ajustaríamos al plan que teníamos, al parecer Ranjan no pudo viajar de regreso a la capital. Durante algunos días visitamos Haridwar y Rishikesh, después de haber conocido la ceremonia del aarti regresamos a Delhi.

Despertamos temprano por la mañana, cargamos agua y viajamos de regreso al sur. Como era constumbre, la cerveza por la mañana puede suplir cualquier "Desayuno de Campeones". Ranjan nos dijo que teníamos que esperar debido a que en el estado donde se encuentran Haridwar y Rishikesh nos se podía tomar ni fumar (para esto recordé que el Indio y yo anduvimos hechando humo a la orilla del río más sagrado de aquel país). Tan pronto cruzamos el límite estatal bajamos a comprar unas cervezas, se llamaban Flying Fox y no se parecían en nada a las famosas Kingfisher. Después de haber tomado algunos litros y haber recibido una llamada en el celular de nuestro amigo la camioneta se detuvo repentinamente. Ranjan bajó rápidamente y comenzó a llorar. Rayish era como su sombra tratando de consolarlo. Después de aquella situación regresaron a la camioneta y nuestro amigo nos comenzó a explicar el motivo del por qué no podía volver a Delhi. Decía, "si vuelvo todos me preguntarán por qué mi amigo se suicidó, lo peor es que no sé el motivo. El hecho de no saber el motivo me pone como un mal amigo debido a que durante toda nuestra vida no me gané su confianza". Nosotros seguimos bebiendo y escuchando, la situación era tan surreal que llegué a dudar si la cerveza tenía el nombre de flying nomás porque sí. Después de eso todo se tranquilizó, llegamos a nuestro hotel vencidos por el camino y el alcohol. Esta es una de esas crónicas perdidas.


Nota: La foto que ven a continación fue tomada por Rayish justo el día que todo sucedió.



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