martes, 11 de agosto de 2009

Por culpa de la "madre" ésa...

Pues me tomé un merecido "descanso cibernético" involuntario. Todo comenzó el día, o más bien la noche en la que llegué a mi casa y traté de encender mi computadora. Me preparé uno de esos tragos coquetos, encendí el ventilador, ajusté la luz, abrí la tapa, le dí un trago a mi bebida, estíré la mano para oprimir el botón y nada. Nada sucedió después de haberle picado como seis veces al maldito botón. Era como si el mundo cibernético conspirara en contra mía y el leve sonido del "abaniquito" de la laptop se convirtiera en una gran y ruidosa carcajada. Pensé, " puta, ahora que voy a hacer sin Facebook, Photoshop, mi acceso al blog, mi música, mi correo electrónico y los jueguitos contra dummies". Desperté al día siguiente y le llamé a mi técnico de confianza, con mi sexto sentido escuché lo que estaba pensando, "ya chingué, ya me habló de nuevo este cabrón y ya saqué lo del día de hoy." Le expliqué brevemente lo que pasó y como todos me recomendó que le llevara la computadora para que la verificara en su oficina.


Después de algunos días incomunicado del mundo cibernético recibí la llamada. "Carlos?", preguntó la voz. Le contesté con algo de nervios y me dijo, "al grano mi hermano, es el motherboard." Ni modo, ya me tocaba gastar otros 500 o 600 dólares para comprar otra maquinita. En fin, después de casi mes y medio de no interactuar en la red estoy sentado escribiendo en mi nueva máquina. Una Compaq Presario CQ60 con 3G en RAM y un pequeño disco duro de 160GB, nada del otro mundo. Y prende.

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