jueves, 23 de abril de 2009

Arte, deportes y entretenimiento...

El día de ayer fui al museo MARCO a ver la exposición de Antony Gormley, sin embargo, tuve que ver también las obras que componían la Colección Villacero. Ocupaban 3 o 4 salas y básicamente eran obras hechas con acero y diferentes técnicas de ensamblado y pintado. Caminando entre las obras me topé con un pequeño grupo de 4 personas -1 maestra y 3 alumnos- que me imagino coincidieron en alguna clase de arte. Se escuchaban los comentarios de la maestra, "miren muchachos, esta obra vista de tal perspectiva tiene tal volumen...¨. Una de las chicas contestó, ¨mira ésta, las sombras están brutas¨. Siguieron caminando y los seguí, pensé que iban a ser divertidos los diálogos. Había una obra compuesta de dos piezas que estaban suspendidas en el aire sujetas por dos cables delgados de acero. Una de las chicas dice (en tono ¨Regiofresa¨), ¨cómo le vamos a hacer con nuestra obra maestra, va a estar súper, súper pesada. Va a tener yeso y la vamos a suspender en el aire igual que ésta¨. Pensé, ¨pues vas a tener que hacer algunos cálculos para que no le caiga en la cabeza a alguien y asegurar tu permanencia en el instituto¨.


Una de las obras era una especie de casco gigante, imaginen un casco de fútbol americano pero fabricado con maya, láminas y clavos. Dentro del casco, en un pequeño pedestal de fierro había una pluma blanca de alguna ave. La parte interior del casco estaba llena de clavos oxidados que apuntaban a la indefensa pluma. El título era: Inocencia. Wow! Yo hice lo mismo en mi clase de Apreciación Estética de la preparatoria. Acá usamos una tarima de madera y en el centro pusimos la silueta de una cara hecha de yeso. Comenzamos a poner clavos de atrás hacia adelante quedando las puntas hacia quien veía la obra. Posteriormente doblamos los clavos a golpes apuntando a la cara. Manchamos la silueta con pintura roja y la cereza del pastel fue que suspendimos la obra con mecates (idea del buen David Pedroza). Entre el Indio (Eduardo Garza) y yo explicamos la obra. Eso sí, la explicación era dinámica ya que mientras Indio hablaba de la represión social yo hablaba de lo que nos tardamos en poner los cientos de clavos. Decíamos algo así como (con una mano en el mentón y una ceja flexionada hacia arriba) , ¨Claro, la silueta representa tu persona, lo clavos la sociedad. O sea, es la sociedad reprimiéndote y orillándote a dejar tus sueños...¨. Nuestra obra ganó. ¨Es cuestión de vender bien las cosas para que cualquiera las compre¨.


Después terminar el recorrido salimos de la sala. Al final, afuera en el patio había un ¨jardín de piedra¨ donde estaban expuestas otras obras de la misma colección. Decidimos ir a verlas. Algunos de los nombres que me encontré fueron: Intimidad, Sueño I y obviamente el II. De todas las obras me llamó la atención una que se movía. Era una especie de veleta hecha con cucharas de aluminio. En el cartoncillo donde se encontraba el nombre se leía, ¨Acero, aluminio y movimiento¨. De pronto, a mis espaldas escuché el siguiente comentario, ¨Mira, son cucharas, vamos a llevárnoslas¨. Puta! Otro tipo se sentó en un pequeño escalón mirando la obra detenidamente. Aquí viene la parte interesante del arte: lo que uno quiere que la gente piense cuando nos ve y lo que re-al-men-te-es-ta-mos-pen-san-do. Creo que lo que él quería que pensara la gente que lo veía era algo así como, ¨Uy, el tipo está super concentrado en la evolución y movimiento de la obra. Las dimensiones y el espacio que ocupa. La interacción del aire con la materia causando un movimiento circular que su a vez ocasiona que todo a su alrededor...¨. Lo que yo creo que él estaba pensando era, "Me cae que si me llevo las cucharas mi abuelita me va a hacer un buen mole y un buen arroz".


P(arte)z,

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