jueves, 7 de mayo de 2009

Carta desde Beijing

Efectivamente, el entrar a China fue toda una odisea. Al llegar al mostrador de American en Dallas me preguntó la chica, "tienes visa para viajar a Tokyo?" Le contesté con una negativa y comencé inmediatamente a cuadrar un nuevo itinerario. El objetivo era viajar vía Tokyo y posteriormente Beijing, sin embargo, la opción Chicago-Shanghai (avión) y Shanghai-Beijing (tren) fue mucho más divertida. Una vez que el avión aterrizó en el aeropuerto de Pudong todos tomaron sus tiliches y se prepararon para bajar. Sorpresa! En la puerta había un ejército de hombres vestidos de blanco, cubiertos desde la suela de los pies hasta la cabeza. Entraron e invadieron el avión desde primera clase hasta económica. Traían consigo unas pistolas electrónicas para medir la temperatura corporal con el solo hecho de apuntar a la frente de cualquier individuo. "Close your eyes Mr." Tardamos aproximadamente 45 minutos en que le fuera tomada la temperatura a todos los pasajeros, yo pensaba que incluso se la estaban tomando a las maletas por precaución. Una vez que bajamos tomé el famoso tren Maglev que va desde el aeropuerto hasta la ciudad. Pinche velocidad! Zummmm! 300kms. por hora se dicen fácil, pero mientras te agarras bien del asiento en las curvas para no llegar con novedades. En cuestión de 6 minutos estaba en la estación del metro para dirigirme a la estación de tren (Agradezco al Ing. Sepúlveda la fabulosa recomendación, de no haberlo hecho me hubiera tomado casi 1 hr. llegar al lugar).

Una vez que se entra a la Tierra de Mao, a la de las bicicletas, a la de la verdadera y auténtica comida china (con montones de carne y pollo), a la de los grandes y espectaculares palacios, a la de la cerveza barata, de la vida tranquila, de las plazas y paseos, madre de la pólvora y la tinta, de la Ciudad Prohibida, de la extensa y cansada Muralla, de Beijing y Shanghai, de Guilin y Chengdú, a la de los grandes mercados de imitación, a la de los neones en vez de luz mercurial todo de vale madre. La influenza se quedó en otro lado! Pocos preguntan por preocupación más que por crear pánico.


Estoy en la China multiétnica y esplendorosa. Saldré en un tren hacia el sur, hacia la tierra de la lluvia y el arroz.

Zhal-hu-dhoz




No hay comentarios: